Iluminar una obra maestra flamenca: una Brujas con encanto sostenible
En Schréder, ayudamos a hacer ciudades en las que a la gente le encanta vivir mediante la creación de entornos urbanos bellamente iluminados y trabajando con los urbanistas para analizar sus necesidades. Por eso, cuando se lanzó una licitación para actualizar la iluminación de Brujas —conocida también internacionalmente por su nombre en francés, Bruge—, vimos una oportunidad de conservar su patrimonio con una iluminación preparada para el futuro. En este blog, la concejala responsable de la mejora, la comunidad local y el personal de Schréder nos explicarán la planificación del proyecto.
Brujas, uno de los destinos turísticos más famosos del mundo, tiene un centro que es la imagen perfecta del Medievo. Famosa por el chocolate, el encaje y la belleza de sus canales, ha servido de telón de fondo para películas protagonizadas por Audrey Hepburn y Colin Farrell, además de ser escenario de comedias románticas. La ciudad se añadió a la lista del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO en el año 2000, lo cual significa que su patrimonio se considera de extraordinario valor para la humanidad. Todo esto implica que cualquier cambio en el paisaje urbano tiene que sopesarse muy cuidadosamente, incluyendo la actualización de 2.700 de los emblemáticos faroles verde oscuro de la ciudad.
Espacios verdes, iluminación verde
«Una ciudad es habitable cuando dispone de un ámbito público bueno y de alta calidad, con abundantes espacios verdes, árboles y plantas», dice Mercedes Van Volcem, la concejala responsable del ámbito público de Brujas. Tras supervisar la plantación de 52.000 árboles, la ciudad es más verde que nunca. Otros factores de la habitabilidad son la gestión efectiva del turismo, la población estudiantil de la ciudad y unos espacios que inviten a la gente a quedarse, como bancos y asientos en los parques... y —añade— la iluminación.
La iluminación es un factor importante cuando se trata de seguridad y de brindar a las personas la oportunidad de salir de madrugada o por la noche.
Las calles de Brujas han estado iluminadas por los mismos faroles durante un siglo, contribuyendo a sus emblemáticos paisajes urbanos, con su particular atractivo. El diseño exclusivo pertenece a la ciudad, así que no se puede usar en ninguna otra parte, y la autoría original tiene ya décadas y pertenece a artesanos locales. Su aire pintoresco era encantador, pero problemático —su interior contenía anticuadas bombillas de sodio, y además tendían a llenarse de arañas y telarañas, al estar la parte superior abierta—.
Fluvius, que gestiona la iluminación en todo Flandes, empezó a buscar una versión nueva del diseño antiguo. Un jurado compuesto por la ciudad, SLIC (que financió el proyecto con fondos de la UE) y Fluvius colocó distintas aportaciones de los participantes en las calles como parte del proceso de licitación, para ver cuál tenía mejor aspecto.
Nuevas lámparas para lo antiguo
«Decidimos mantener los faroles tradicionales que se pueden ver en las calles de Brujas, ya que son muy bonitos y un ejemplo de la historicidad de la ciudad», dice Van Volcem. Acoplados a las fachadas de las casas, en los parques y plazas, o erguidos sobre dos, tres o incluso cinco brazos, forman parte de la ciudad. «Para el ayuntamiento, fue obvio desde el principio que había que mantener estos faroles», añade.
Esto también compete a la UNESCO. «Brujas se caracteriza por una continuidad que se refleja en la relativa armonía de los cambios», dice la descripción del Patrimonio de la Humanidad, reconociendo que la renovación de fachadas del siglo XIX introdujo un estilo neogótico propio y exclusivo de Brujas. «La notable coherencia visual que caracteriza su forma urbana es vulnerable a la reconstrucción».
Schréder trabajó sobre un diseño que respetaba los faroles clásicos, pero actualizando totalmente los componentes de su interior. Aquí tenemos una pequeña arma secreta: una forja en Hungría donde hacemos bonitos faroles a la manera antigua. A las autoridades locales les encantó la réplica que Kandelaber fue capaz de hacer con tecnología moderna en su interior y sin renunciar al encanto antiguo de la ciudad.
Nuestro toque especial fue poner un difusor bajo la unidad LED. Las luces LED tienden a ser planas, mientras que las bombillas tradicionales que iluminan las calles de París, Berlín, Budapest o Brujas eran redondas. El difusor crea la ilusión. «Queríamos colocar el difusor para dar una sensación de conexión y continuidad con el farol clásico», explica Christophe De Vos, director comercial de zona de Bélgica.
Oscuridad iluminada y luz oscura
Brujas también es famosa por el trabajo de los primitivos flamencos. A semejanza de los complejos juegos de luces y sombras de sus asombrosas pinturas, a veces, en las calles, tenemos la sensación de recorrer un decorado de cine. Aquí es donde se puso de manifiesto la experiencia de Schréder. Además de en los faroles, pensamos en la luz.
La ciudad quería mantener la fotometría; la distribución fotométrica tenía que ser exactamente la misma que antes. Brujas no está iluminada de forma tan “perfecta”, su condición patrimonial conlleva quedar exenta de ciertas normas modernas.
Para mantener los patrones únicos de brillo y sombras, medimos la emisión de las luces existentes y ajustamos los LED para equipararlas. También ajustamos algunas a las normas modernas de brillo, para que los cruces e intersecciones transitados se iluminaran de forma segura sin llegar a perder su encanto.
Conectados al futuro, con una mirada al pasado
En la actualización de Schréder del farol clásico de Brujas se oculta una sorpresa más. Además de un difusor por debajo, un pequeño nodo NEMA en la parte superior integra la luz en el Internet de las cosas (IoT). Los faroles se conectan al sistema Schréder EXEDRA, que proporciona a Fluvius y a la ciudad un control sin precedentes sobre su red de iluminación. Ahora, las luces se pueden encender, apagar y regular de forma remota, con el consiguiente ahorro en costes de mantenimiento y energía.
Ya hemos cambiado el 70% de las luces de Brujas a LED, reduciendo enormemente nuestro consumo de energía. También podemos regular las luces a un nivel del 30% o incluso del 50%, algo que no podíamos hacer con las farolas normales.
Lo mejor es que nadie se dio cuenta
«A causa de la crisis energética, tuvimos que regular las luces LED ya instaladas al 50%», dice Van Volcem. «Ningún ciudadano notó la diferencia, lo que para nosotros era una buena señal».
Dirk Niess vive en el centro de Brujas desde abril. Ingeniero de iluminación jubilado (que no trabajaba para Schréder), suele prestar atención al alumbrado urbano. «En mi opinión está muy bien hecho», afirma. «No deslumbra, es confortable y tiene una muy buena distribución fotométrica», con una iluminación cálida y cómoda, agradable a la vista.
La iluminación aporta una nueva sensación de seguridad al centro urbano, suavizando las zonas oscuras entre luminarias y eliminando el deslumbramiento.
Es todo un éxito. La luminaria es una fiel reproducción de la antigua, y creo que mucha gente ni siquiera notará el cambio.
Mientras tanto, Brujas se prepara para otra temporada invernal. Imagen de fondo para miles de selfis, la ciudad es consciente de la importancia de la luz como elemento permanente y como atracción estacional. Winter Glow es un festival de invierno que incluye una senda de experiencia luminosa, patinaje sobre hielo y mercados de Navidad. Con la nueva iluminación, los residentes pueden disfrutar de la ciudad por la noche, los turistas deleitarse con los múltiples encantos de la ciudad y el ayuntamiento ahorrar dinero y energía. Todo un cuento de hadas.