¡Que los carriles de bicicletas no se queden a oscuras!
Vivimos en la era del resurgir de las bicicletas. La pandemia, la preocupación por la crisis climática, la escalada de los precios del combustible y el deseo de hacer más ejercicio en la rutina diaria han conseguido que la gente (re)descubra el placer de ir sobre dos ruedas. Además, las bicicletas eléctricas son cada vez más asequibles, con lo que es muy probable que esta tendencia se mantenga. Pero hacerse con una bicicleta es solo una parte de la historia: unas rutas seguras y atractivas y una infraestructura fácil de usar desempeñan un papel importantísimo a la hora de animar a la gente a abandonar el coche.
Quienes legislan lo saben: la Unión Europea anunció recientemente que la financiación de infraestructuras sostenibles, que incluyen carriles para bicicletas nuevos o mejores, se duplicará hasta los 20.000 millones de euros. A principios de 2022, el Reino Unido actualizó el código de circulación para mejorar la seguridad vial de los ciclistas, unido a unas directrices sobre infraestructura para bicicletas para que el tránsito urbano gire en torno a las bicicletas (como se indica en la introducción del informe, incluso antes de la pandemia las bicicletas suponían casi un tercio del tráfico en hora punta en el centro de Londres). Las rutas ciclistas transeuropeas logran que la gente descubra el continente de una forma nueva, cada uno a su ritmo.
Sin embargo, la inversión en infraestructura para bicicletas no se limita a crear espacio. Una iluminación correcta influye enormemente en cuándo y quién utiliza los carriles de bicicletas.
Antes, la iluminación venía por añadidura, con una actitud de ‘construyamos el sistema primero y luego ya nos preocuparemos por la iluminación’, pero, si no haces las dos cosas juntas, las personas que hacen uso no pueden sentirse cómodas y lo conviertes en algo muy estacional.
Iluminación inteligente, pedaleo inteligente
La primera tarea en la iluminación de un carril de bicicletas es garantizar que los ciclistas puedan ver y ser vistos. Esto implica distintas estrategias en diferentes entornos. La ciudad belga de Roeselare tiene el carril de bicicletas Mandel, que recorre el río del mismo nombre y que es muy popular entre los residentes. Las autoridades locales querían actualizar la iluminación a LED para mejorar la seguridad y la eficiencia energética, y elevar también sus compromisos de sostenibilidad con el uso de energía solar.
Esto fue posible gracias a la iluminación inteligente, que utiliza sensores de movimiento para detectar cuándo los ciclistas usan realmente el carril. Desde el anochecer hasta las 23:00 h y desde las 5:00 h hasta el amanecer, cuando hay mucha ocupación, las luminarias se regulan al 80%, pero las luces vuelven al 100% cuando se detecta a un peatón o a un ciclista. Después de las 23:00 h, la iluminación en el inicio de la ruta desciende al 20% a menos que se active por movimiento. El sistema garantiza una iluminación eficaz para quienes usan la ruta, a la vez que protege la flora y la fauna a lo largo del río Mandel.
Por contra, Londres ha experimentado cambios drásticos en los últimos años para animar a más ciclistas a usar las calles: en Stratford, se introdujo un nuevo sistema de tráfico en dos sentidos para mejorar las instalaciones para peatones y ciclistas. Una iluminación uniforme para autobuses, coches, bicicletas y peatones asegura que todo el mundo pueda ser visto en intersecciones muy transitadas. En la zona ha disminuido desde entonces un 20% la utilización de vehículos, mientras los ciclistas aprovechan los nuevos carriles.
Iluminación acogedora, para todos
Aunque la bicicleta ha sido una forma de transporte generalizada desde el siglo XIX, la iluminación inteligente es relativamente nueva. Combinar las dos requiere conocimientos, planificación y una ejecución meticulosa: lo que funciona para peatones, coches o trenes no es necesariamente válido para las bicicletas. Las directrices gubernamentales del Reino Unido establecen la necesidad de iluminación, pero no entran en detalles, por lo que tiene sentido la intervención de los expertos.
«Hay iluminaciones e iluminaciones», dice Chamberlin, de British Cycling, que añade que serían útiles unas directrices «más robustas» sobre unidades de potencia, lúmenes, colocación de puntos de luz y soporte para los desarrolladores para las autoridades locales que quieran ampliar o mejorar su infraestructura para bicicletas. Es algo más que detalles técnicos: al hacerlo bien, se crea un círculo virtuoso. «Idealmente, combinamos luz con una vía bien usada y muy transitada», añade.
Para muchas ciudades, el reto es conseguir que sectores más diversos de la sociedad utilicen la bicicleta, en lugar del coche, para ir al trabajo, relajarse y ponerse en forma. «Con toda razón, la iluminación tiene un aspecto de seguridad general para cualquiera que utilice una vía; forma parte de la red viaria», afirma Chamberlin. Pero, añade, muchas mujeres y niñas, miembros del colectivo LGBT+ y otras minorías se sienten muy inseguros en gran parte del paisaje urbano cuando van en bicicleta o a pie.
La iluminación es un elemento vital para que las personas se sientan más seguras.
Vivirlo en Leuven
La seguridad se traslada también a las preocupaciones sobre la calidad del aire. La universidad de Leuven, en Bélgica, quería transformar la forma en que la gente se desplazaba dentro de su centro histórico. Una remodelación completa de la red viaria de la ciudad hizo imposible conducir un coche a través del centro urbano (todavía es accesible a los coches desde la carretera de circunvalación), dando a bicicletas, autobuses y peatones total libertad de movimiento.
Tres años después de los cambios, el tráfico de bicicletas en un día laborable normal en el centro urbano ha aumentado un 44%, y los viajes en autobús un 18%, mientras que el tráfico de coches ha disminuido un 19%. Y lo que es más importante, la calidad del aire es mucho mejor: en el primer año tras el cambio, en algunos lugares la concentración de carbono negro fue nada menos que 2,5 veces menor. Si desea más detalles, consulte el informe en la Guía de planificación integrada de ciclismo del proyecto de EU CYCLE, que guía a las partes interesadas en el proceso de desbloquear inversiones para el uso de la bicicleta en la Unión Europea.
Una inversión inteligente, todo el año
Proyectos ambiciosos como los cambios realizados en Leuven, Roeselare o Utrecht (donde se encuentra el aparcamiento subterráneo de bicicletas más grande del mundo) demuestran que la gente puede renunciar más al coche con los incentivos adecuados. Ahora que muchos de nosotros hemos redescubierto el placer de la bicicleta, es el momento perfecto para invertir en infraestructura —y no dejar a oscuras a los ciclistas—. Para obtener más información sobre cómo puede ayudarle Schréder a conseguir la luz adecuada para las bicicletas en sus proyectos, póngase en contacto con nosotros.
Desde que se incorporó a la empresa como ingeniero mecánico en 1988, Jean-Luc ha desarrollado una amplia gama de luminarias de alumbrado urbano, esforzándose siempre por mejorar el diseño y la eficiencia.
Ha viajado por todo el mundo, con una mentalidad práctica con la que aportar la solución perfecta para los clientes de cualquier lugar del planeta. ¡Cuesta encontrar algo que no sepa sobre iluminación!
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